Índice general Poesías inicio diversas
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¿FELIZ NAVIDAD?
I
Salió aquel hombre al comenzar el día,
la garra al frente, el odio por delante,
dispuesto a aniquilar al semejante,
hecho un guerrero con fatal porfía.
Montando en su corcel de egolatría
robó a quien pudo con afán mercante,
mató inocentes en aquel instante,
sembró el rencor en donde no lo había.
Nunca fue justo ni jamás galante
y en aquella salvaje travesía,
sólo buscó riquezas arrogante.
No tuvo compasión del que moría
y convertido en colosal maleante
fue portador ideal de hipocresía.
II
Llegó Diciembre y el invierno andante,
y asqueado el hombre de su cacería,
retornó a la morada en que vivía
caridad predicando... ¡qué desplante!
Y aquel que aniquiló a su semejante,
volvió con villancicos de alegría
y cánticos de paz... ¡vaya osadía!
deseando bienestar... ¡vaya farsante!
Pasó la Navidad... su fantasía...
su espíritu de paz... ¡calló el cantante!
¡murieron los anhelos de armonía!
Y aquel de beatitud disimulante,
salió de nuevo, al comenzar el día,
¡dispuesto a aniquilar al semejante!
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MATEMÁTICAS
Desde el fondo concreto de lo abstracto,
erigida con signos y ecuaciones,
con su entero, fracción, pares o nones,
dejaron hasta a Dios estupefacto.
Sin nada en las galaxias tan exacto,
gravitación de todas las razones,
la ley del todo sus operaciones
el universo explican ipso facto.
Maravillosa y mística armonía
de números, figuras y teoremas
donde el error no cabe ni cabría.
La perfección y exactitud supremas
que al instinto pensante desafía,
se declaman en mágicos poemas.
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AGUAS VIAJERAS
Paisajes inefables que sobornan
somos en esta vida, como el río:
aguas viajeras que sin albedrío
se van, se pierden y jamás retornan.
Lo hermoso dura mientras van enfrente
aquellas aguas que los ojos vieron,
porque de ésas que alígeras se fueron
no se ocupa en lo mínimo la mente.
Así es la vida, plácida y vacía,
todo y nada, frondosa y marcescente,
porque el difunto vive solamente
hasta que muere el que lo conocía.
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NADA HAY PEOR EN LA VIDA
Nada hay peor en la vida que la vida,
por eso es mi deseo cuando muera
regresar al estado que antes era:
Una nada serena y no sufrida.
¡Cuánta tranquilidad la nada anida
sin nadie que perturbe su manera,
sin nada que una nada ya no fuera,
ausente del pesar y de la vida!
La vida impone muerte por tributo,
y a su protervo camuflaje unida
va su venganza de dolor y luto.
A la nada volver quiero enseguida,
porque estoy convencido en absoluto
¡Nada hay peor en la vida que la vida!
Noviembre de 2010
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SEÑOR, NADA TE DEBO
Señor, nada te debo, ¿qué me cobras?
ni intentes cuando muera hacerme un juicio:
tu paternal amor es tan ficticio
que en esta vida para mí tú sobras.
Parece que patético maniobras
para que abunden la maldad, el vicio,
dolor, enfermedad y sacrificio:
porque así de malvadas son tus obras.
No escuchas del que llora sus plegarias
ni tienes compasión de nadie a veces
con tus indiferencias lapidarias.
Si por tu cielo que al ingenuo ofreces
de un amoroso padre tan contrarias,
pues ni ser dios ni padre te mereces.
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SOY
Brisa de otoño con olor a invierno
en un atardecer que se anochece;
árbol que se deshoja y palidece
camino para el viaje sempiterno.
Historia escrita que llenó el cuaderno
de un destino que a nadie pertenece;
barca que se alejó de lo que fuese
aquel comienzo colosal y tierno.
Mortal viajero de maletas hechas,
que con mi senda casi completada,
mis ilusiones fueron satisfechas.
Historia por el tiempo silenciada,
que cantando recuerdos con endechas,
¿qué queda por hacer?... ¡ya casi nada!
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FRASES DE SILENCIO
A veces, en la noche solitaria,
pregunto a mi destino con empeño
si acaso mis anhelos y mi sueño
son sólo una visión imaginaria.
Yo sueño en la fortuna necesaria
para tener un porvenir risueño,
y anhelo una mujer, a quien diseño
mi vida y una gloria extraordinaria.
Y miro un horizonte que me esconde
la dicha y el placer que me sentencio
y aquello que soñé me corresponde
Entonces, con la noche yo presencio
cómo el destino mudo me responde
con sus sapientes frases de silencio.
Febrero 1972
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RECUERDOS
Quise subir al templo de la fama,
pero el arduo sendero del calvario
que me guiaba engañoso y solitario,
fue un espejismo y de ilusiones flama.
Pretendí la quimera que embalsama
la esperanza de ser lo imaginario:
ilusiones que fueron un santuario,
pues en ellas creí, como en quien se ama.
Sin embargo, seguí mi trayectoria,
como el astro que vaga ciegamente,
buscando con afán la eterna gloria.
Y al pasar del ayer hasta el presente,
todo se fue enterrando en la memoria
en recuerdos y en sueños... solamente.
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UN
NIÑO
Era un remanso de alborada andina,
era el travieso corretear de un río,
era el inocuo y tímido atavío
de la flor que no agrede con su espina.
Era una gota limpia y cristalina
de una lágrima pura del rocío,
era la luz radiante del estío,
era la libertad de golondrina.
Era la gracia impar de mariposa,
era un amor inmenso y un cariño
en una ingenuidad maravillosa.
Y aquellas cualidades, con un guiño
de alguna voluntad esplendorosa,
las dejó transformadas en un niño.
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ELISEO ALBOR
A don Eliseo Albor, ínclito maestro
que cuando yo
deambulaba indiferente a la poesía, me despertó y
me puso delicadamente en el camino de los versos.
Sin métrica ni rima por la vida
llegué a mi pubertad, en la que había
verónicas de seda y fantasía,
plasmadas en quimérica corrida.
Horas de ingenuidad inadvertida,
cuando ni un Garcilaso conocía;
mas la Divina Voluntad, un día
cruzóme por su célebre avenida.
Los versos del Marqués de Santillana,
con el canto de etérea lejanía,
escuché de su boca una mañana.
Y como aquel que se enamora un día
al conocer a su jovial serrana,
¡Me embelesé también de la poesía!
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ACRÓSTICOS
MARTHA
M e queda
tu recuerdo en mi camino
A hora que
te vas inexorable
R espondiendo
al mandato del destino.
T u pícara
sonrisa incomparable
H a de quedarse
en mi recuerdo aparte,
A rrancando
un suspiro al recordarte.
LUCERO
L levas
en tu sonrisa que arrebata
U na extraña
belleza encantadora,
C omo dulce
canción de serenata.
E res la flor
etérea que enamora,
R ara y sensual,
como la rima grata,
O diáfana,
tal vez, como una aurora.
ROSA (A mi esposa)
R asgué mi pecho para ver adentro,
O objeto loco de encontrar mi Diosa;
S ólo encontré mi corazón... y al centro,
A llí en el fondo florecía una Rosa.
CRISTINA
C uando
tu boca delicada y pura
R ecita colosal
una sonrisa,
I nspira misteriosa
la ternura
S ublime que
tu rostro simboliza.
T u boca y
tu mirada tan divina
I nspiran un
torrente de ternura;
N o sé
por qué, no sé, pero Cristina,
A rrancas
un suspiro de ternura.
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NI UNA
MÁS
Cuando cansado de escribir me mande:
"¡El libro de mis versos ya no se abra!"
cumpliré con carácter mi palabra,
porque es mi voluntad viril y grande.
¡Arrojaré mi pluma y que las llamas
de mi nostalgia vuélvanla pavesas:
aunque quede mi vida en mis tristezas
como nido sin ave entre las ramas!
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PROPÓSITOS
DE AÑO NUEVO
Año con año en su final compruebo
que la inercia social del mecanismo,
lleva a la humanidad siempre a lo mismo
en sus propósitos del año nuevo.
«A partir de mañana me renuevo»,
juran todos con tanto rigorismo,
repitiendo el romántico modismo
tan dicho en su pretérito longevo.
Uno tras otro al levantar la copa,
igual que en sus propósitos de antaño,
prometen renovarse hasta la ropa.
¡Fantástica ilusión del autoengaño,
pues nadie cambia en la mundana tropa
y lo mismo dirán al otro año!
Diciembre de 2002
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GRACIAS
A DIOS
Triste la vi morir, muy lentamente,
cargando injusta cruz inmerecida.
¿Por qué un infierno su final la vida?
Por haber sido buena solamente.
Cuando fue de salud su vida fuente,
"gracias a Dios", decía agradecida;
y luego en su calvario sumergida
¿dónde estuvo su Dios benevolente?
Devota del quimérico piadoso,
cumplió sus mandamientos y engañoso
correspondiole con final atroz.
¡Cómo sufrió mi madre siendo santa!
¡ Cuánta desdicha y desventura, ay, cuánta!
y todo nada más... ¡Gracias a Dios!
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LA CASA VACÍA
Entré a tu casa y la encontré vacía,
y al buscar tu mirada cariñosa
en ese rosedal sin una rosa,
inmensa soledad nomás había.
La misma casa donde yo vivía
cuando mi juventud era gozosa,
como una tumba abierta sin su losa,
así quedó de solitaria y fría.
Vuelvo todas las tardes... y cuando entro
buscando tu sonrisa, Madre mía,
en mi recuerdo nada más la encuentro.
Allí está tu morada todavía,
convertida sin nadie ya por dentro
en una religión sin Dios, vacía.
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QUÉDATE
EN TU FOSA
Quédate a descansar allí en tu fosa,
tú que tanto sufriste, Madre mía,
pues sólo allí bajo la tierra fría
no escucharás promesa mentirosa.
No tengas tentación de entrar al cielo,
pues te van a engañar como en la vida.
¡Inexistente tierra prometida
con sólo espinas invadido el suelo!
¿Cómo fuiste a creer, no me lo explico,
en ese dios del cielo, bondadoso,
en padre protector y cariñoso
en la voz de un tumulto merolico?
¡Cuánto dolor el tuyo, Madre mía,
sin que jamás el dios de los relatos,
traidor, al que cumpliste sus mandatos,
tuviera compasión en tu agonía.
Aquel crucificado en el Calvario
cuya tortura fue de solo un día,
en profanante y mística osadía
está erigido en mártir legendario.
En cambió tú, sufrida Madre mía,
fueron cuatro tus años de tormento,
viviendo sin vivir y sin aliento:
cuatro fueron tus años de agonía.
Con el supuesto dios del paraíso,
¡ay, cuánto te engañaron sus vicarias,
y a pesar de sus ruegos y plegarias
su sentencia cambiarla nunca quiso!
Por eso, Madre, quédate en la fosa
donde tendrás descanso verdadero,
no viajes hacia el cielo carroñero
creyendo en una eternidad dichosa.
Espérame un momento, Madre mía,
que mientras en recuerdos te resguardo,
para ir a buscarte ya no tardo,
quiero ser tu perenne compañía.
Diciembre 2009
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BÁJATE
DE ESA CRUZ
¡Bájate de esa cruz, basta de farsa,
que no eres redentor ni mártir santo!
no quieras convertirme en tu comparsa,
ni que te adore como el pueblo tanto.
¡Arráncate los clavos y desciende
de esa cruz de madera apolillada,
tu sacrificio por amor me ofende
como beligerante bofetada!
¿Pensaste que al morir crucificado
nadie tanto en el mundo sufriría?
¡Ay, cuántos que sin culpa ni pecado
su vida fue una noche, nunca día!
Aquella inquisición llamada «santa»
¡cómo martirizó sin miramientos!
y sin embargo ninguno te suplanta
ni se erige por Dios en los conventos.
¿Cuánto tiempo sufriste, dime cuánto?
¡qué plañidero, ni siquiera un día,
cuando mi madre en infernal quebranto
cinco años pasose en agonía!
Y María, tu madre inmaculada,
que inmeritoriamente se levanta
como divinidad santificada,
cuando mi madre mucho más fue santa.
Por eso, ¡baja de tu cruz, farsante,
y vete de los templos no sé a dónde!
que tu divinidad impresionante,
ese sitio a mi madre corresponde.
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A MI MADRE AUSENTE
Aunque ya no te tenga, madre mía,
por el cierzo del tiempo que se lleva
al que fatídico nacer se atreva,
sigues siendo mi madre todavía.
¡Ay, cuánta soledad tu lejanía
que en el evo mortífero se eleva,
sin un amanecer que se conmueva
de la orfandad que arrastro cada día!
Ninguna remembranza te reemplaza
cuando aparece en el magín bendito
la ilusión de mirarte allá en tu casa.
Madre, te quiero hablar, lo necesito,
y en esta ignita soledad que abrasa
te quiero regresar del infinito.
mayo de 2024
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HABLAN LOS VIVOS POR LOS MUERTOS
Dejen de hablar los vivos por los muertos,
dejadlos, por favor, en su reposo,
¿acaso pretendéis con vuestro acoso
que el ciego mire lo que no los tuertos?
¿Cuándo supisteis que los ya finados
disfrutaran la música del vivo,
o siguieran teniendo algún motivo
para gozar estando sepultados?
Pero los vivos van solicitantes
para su muerte todos sus anhelos:
«Que no haya en mi sepelio desconsuelos
y que me entonen mis canciones de antes».
«Yo quiero cuando muera, el uno clama,
que en la tierra sepulten mis despojos»,
y el otro, demandando sus antojos:
«Que me devore el crematorio en llama».
«En mi ataúd que pongan mi guitarra»...
«Y a mí el trofeo que gané en concurso»...
«No quiero al sepultarme ni un discurso»...
«Que guarden mis cenizas en la jarra»...
«Que mis cenizas fertilicen huertos»...
«Que mi pavesa vuele con el viento»...
«Dejadme de lombriz ser su alimento»...
son las voces de vivos por los muertos.
Así van pregonando por su vida
lo que quieren que se haga cuando mueran,
como si ya cadáveres supieran
que toda petición les fue cumplida.
El vivo cree sentir como difunto
en un estúpido reemplazamiento:
le pone al muerto voz y sentimiento,
cuando éste ya es materia inerte. Y punto.
Por eso yo cuando en la caja yazca
despojos hecho que de vivo fueran,
hagan en mi sepelio lo que quieran,
pueden hacer de mí lo que les plazca.
¿Pues cuándo los dormidos van despiertos?
¿O cuándo van los sordos escuchando?
Las voces del panteón van murmurando:
Dejen de hablar los vivos por los muertos.
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OH, SER HUMANO
Viajero de la nada aquí llegaste
de infinitos incógnitos sin prosas,
alóctono del mundo y de sus cosas,
autóctono de paz que abandonaste.
Por llegar a nacer no imaginaste
un espejismo de jardín de rosas,
con muchas flores, sí, pero espinosas,
dicha y dolor, un mundo de contraste.
Revuelto entre placer y sufrimiento
que en el valle de lágrimas había,
al mundo fue brutal tu aferramiento.
Hasta que algún irremediable día
volviste cuando concluyó tu cuento,
a la paz que en la nada te acogía.
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MARIANITA
Bajó del cielo y se posó en mis brazos
con rostro de angelita y de inocencia,
irradiando nomás con su presencia
la paz del universo y los ocasos.
Mirada musical como de albazos,
ojos de luna llena y transparencia,
ingenuidad de niña en una esencia
que no la adivinaron diez Picassos.
Pero el tiempo que todo lo construye,
aunque también destruye y delimita
y nos deja mirando mientras huye,
transformó en una madre a la angelita
con algo que con nada sustituye:
Para siempre una dulce Marianita.
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AL DOCTOR FERNANDO SILVA BARRERA
Al cumplir 100 años de gloriosa existencia
Corre en su sangre la afición bravía
por un traje de luces y muleta,
por un toro encastado que acometa
y al que con un doblón lo desafía.
Historia con el verso de poesía
escrita con la pluma de poeta,
igual que al pasodoble la trompeta
al unísono canto en armonía.
Un ángel de la guarda generoso
de aquellos maletillas, carne abierta,
caídos en abandonado coso.
Historia secular que va en su espuerta
La Gitanilla, redondel famoso,
¡Saliendo en hombros por la grande puerta!
23 de junio de 2020
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SANTOS MILAGROSOS
Va por la calle procesión devota
cargando un barro que parece humano,
sólo su fe en divinidad ignota
los hace ver prodigios de su mano.
Todos pregonan que la estatua ha hecho
en su vida milagros y favores,
y van agradeciendo a todo pecho,
cuando se curan solos sus dolores.
En cambio, cuando la escultura sorda
no escucha rezos y cadáver fue,
toda ley natural su Dios desborda
y a falta de razón, está la fe.
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¿VIDA O MUERTE?
La vida es la calandria que se escapa
de reclusión en donde estaba presa,
se aleja para siempre y no regresa
hacia la libertad que la solapa.
La muerte es la prisión que al vivo atrapa,
seduce a todo aquel que la atraviesa,
para llevarlo hasta la selva espesa
que con placeres sus maldades tapa.
La muerte llega por haber vivido,
mas nadie vive por haberse muerto,
¿Qué caso entonces tiene haber nacido?
La vida es una flor en el desierto,
la flor es lágrima que se ha escurrido,
la lágrima una gota en mar abierto.
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¿QUÉ SOY?
Si vivo muerto, soy cadáver vivo;
si muero así viviendo, soy un muerto;
sin agua en mi existencia soy desierto:
¿soy negación que va en afirmativo?
Soy ola que a la mar regresa en nada
después de reventar en una roca;
soy agua que no sube cuando choca,
después de despeñarse en la cascada.
Que siga el sol saliendo, al fin y al cabo
¿Soy una oscuridad cuando es de día,
como si fuera del destino esclavo?
Sólo soy el juguete y fantasía
de aquello que maldigo y lo que alabo,
pues en este universo, ¿soy teoría?
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ME ENCANTAS TODAVÍA
Con tu cáliz recién abierto, que era
de coloridos pétalos festín,
te conocí en tu plena primavera
como un rosal en medio del jardín.
Canturreaban las aves a tu lado,
y al mirarte tan linda ya sabía
que el celoso universo patentado
con todas las estrellas ya te había.
Mientras, mi calendario adelantado,
pero lejos del tiempo senescente,
no evitaba me hubieras encantado
cual chorro cristalino de una fuente.
Llegó al paso del tiempo tu retoño,
tu primavera trasformó en verano,
y mientras tanto el céfiro de otoño
yo comenzaba a percibir cercano.
Por tu sonrisa de rosal prendido,
y tu hermosura, amanecer radiante,
tan linda como nadie lo haya sido
“me encantas”, suspiraba delirante.
Y al buscar tu verano florecido,
y también tus retoños de otros días,
como aves que al volar dejan el nido,
volaron hacia ignotas lejanías.
Si al Dios que nunca ve su pueblo adora,
por qué yo no admirarte sin tenerte,
suspiro trasformado en una aurora
que luego en fantasía se convierte.
Así, nuestros alígeros destinos
tan cercanos en tanta lejanía,
como el caudal de arroyos peregrinos
nos llevó hacia adelante cada día.
Pero tú sigues siendo tan hermosa,
tan luminosa como el mediodía,
con el suave volar de mariposa,
por eso es que me encantas todavía.
Eres poema que la luna escribe;
eres de serenata, melodía;
beso que aunque el destino me prohíbe,
me sigues encantando todavía.
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UN AÑO MÁS
Contemplo agigantarse mi pasado
cuando a mi vida agrego un año más,
se aleja lo vivido, lo gozado,
niñez y juventud que se ha quedado
al andar el camino, muy atrás.
Qué pronto mi presente se me esfuma
y entonces me pregunto: ¿existe acaso?
Al tenerlo, revienta como espuma,
porque en el mismo instante se difuma
y ya presente no es, siguió su paso.
Cada vez que acumulo un año más,
mi futuro se achica y se recorta,
con menos por delante y mucho atrás;
sin embargo, lo gozo y, además,
lo que voy disfrutando no se aborta.
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LOS REYES DEL RICO Y DEL POBRE
Cabalgando montañas de ilusiones,
de lejano país o de algún cuento,
despierta el niño lleno de emociones.
Y busca sus juguetes al momento:
Hay un carrito, dos, también un Lego;
y se ahoga en tsunamis de contento.
Convirtió la morada ya en un juego,
todo está concedido, allí no fallan
ni comida ni un leño con su fuego.
Pero atrás del otero triste se hallan
un chiquitín con hambre y sin zapatos,
también sus padres que su duelo callan.
Como todo en la laya son estratos,
jalando, cual si fueran una yunta,
para ellos sólo existen malos tratos.
Allí no llegan, cuando el sol despunta,
aquellos Reyes buenos de otros lares,
¿Por qué aquí no, el chiquito se pregunta?
También cargando un saco de pesares
van sus progénitos por no poder
comprarle ni sus cosas escolares.
No parecen entonces buenos ser
Melchor, Gaspar y Baltasar, ¿Acaso
solamente a los pobres no hacen caso
por no de la alta alcurnia parecer?
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HABER NACIDO
Nacer para vivir, ley intachable,
su hipérbaton: vivir para morir,
¿Por qué el que nace no puede elegir?
¿Por qué al que muere le es inevitable?
Siguiendo ese testamento abominable,
imposible quererlo revertir,
agua que en la cascada fue a escurrir
no subirá ya más inexorable.
Y aunque no era posible de otro modo,
voy, de lo que me queda, tan asido,
concluyendo entre barros y entre lodo:
Después de analizar como haya sido,
cuando sólo morir me falta en todo,
que mi error principal fue haber nacido.
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ESCLAVO DE LAS LEYES DE LA VIDA
Esclavo de las leyes de la vida
estoy aquí por voluntad ajena,
con gozo, a veces, o con una pena,
sin nada en mi albedrío que lo impida.
Esclavo de una suerte no elegida,
mis actos el destino los ordena,
la ley del universo me condena
a ser cautivo de inventada vida.
Jamás rogué ser sano cuando estuve,
ni estando enfermo lamenté mi herida,
como un desierto que no implora nube.
Vida que pasa y muerte prometida,
que a escoger ni apartar opciones tuve,
esclavo de las leyes de la vida.
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HISTORIAS PERDIDAS
Historias que se pierden, incompletas,
de inicios como cuentos de palacios,
intensos, amorosos sus prefacios,
como surgidas del edén, secretas.
Capítulos de historias mutiladas
que no tuvieron colofones nunca;
historia de proemio que se trunca,
aunque de inicio como cuento de hadas.
Sin alas ni plumaje, golondrinas,
o sin cuerdas, acaso, la guitarra,
espurio lazo que jamás amarra,
primavera sin flores campesinas.
Así son nuestras vidas que se cortan,
fuegos artificiales que iluminan,
que al consumir su pólvora terminan
y al acabarse a nadie ya le importan.
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YO SABRÉ ENVEJECER
Yo voy sabiendo envejecer al paso,
pues detener el tiempo no se puede;
idiota fuera procurar me quede
en una juventud sin un ocaso.
Estúpido es hacer algún rechazo
a que la edad con su vejez se hospede,
como tampoco detener sucede
las aguas de la mar con un abrazo.
Camino senescente sin remedio,
cargando mi costal como el leñero,
con la misma cansera y con su tedio.
Hasta que acabe de mi vida el fuero,
yo sabré envejecer ante el asedio
de las horas hiemales que ya espero.
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